Una de las particularidades vivenciales de las personas con tartamudeo es que, muchas veces, quizás miles si ya somos adultos, hemos desestimado dar unas explicaciones detalladas, incluso en bastantes ocasiones necesarias, a nuestro o nuestros interlocutores. Es decir: los comentarios que hemos hecho en numerosas situaciones y escenarios han sido mucho más breves y limitados de lo que hubiéramos querido. Y dicho esto, no ha sido ni es extraño utilizar sólo monosílabos. Este detalle, sin duda, es frecuente en muchas personas tocadas por la disfluencia, y en este sentido os doy más información con un ejemplo mío reciente.